Una visión realista
Aunque en algunas ocasiones simplificar el contenido del mensaje puede servir para llegar a más personas, existen circunstancias, nichos o temas en los que se debe evaluar muy bien el impacto posterior a la emisión de dicha información adaptada.
¿Qué es la inflamación?
Antes de seguir comentando los matices que rodean a estos conceptos, es interesante recordar qué es la inflamación y qué papel desempeña en el organismo.
El calor, dolor, hinchazón o enrojecimiento de un tejido afectado es el conjunto de síntomas que se reflejan en la actividad del sistema inmunitario, el cual actúa como respuesta a ataques, infecciones o lesiones a nivel tisular; es el mecanismo de defensa principal frente al daño.
Alimentos antiinflamatorios
Dentro de los alimentos denominados antiinflamatorios, se puede encontrar por internet listas como las siguientes:
- Espinacas
- Pescado
- Nueces
- Azafrán
- Brócoli
- Cerezas
- Ajo
- Judías pintas
El hecho de no evaluar el contexto de cada persona de forma individual puede propiciar un consejo nutricional inadecuado. Un alimento de todos los anteriores puede ser útil en unas situaciones especiales y específicas, pero, no significa que para todos y para todo sea eficaz.
Alimentos proinflamatorios
De la misma forma, se suele categorizar a los siguientes alimentos como inductores de inflamación o proinflamatorios:
- Aceites vegetales
- Productos procesados
- Cereales
- Carbohidratos refinados
- Grasas trans
- Alérgenos
El hecho de plantear un patrón alimentario restrictivo sin los alimentos citados puede crear consecuencias de estrés psicológico con mayor potencial proinflamatorio que un consumo esporádico o moderado de los mismos, lo que se convierte en otra razón más para identificar y analizar las necesidades y circunstancias de cada persona antes de elegir una pauta nutricional preestablecida.
Bromatología y estatus fisiológico
En bromatología (ciencia que estudia los alimentos, su composición, propiedades, proceso de fabricación y almacenamiento e ingredientes) se conocen ampliamente los cambios a nivel nutricional que sufre el alimento según el trato que se le dé (procesos culinarios) e incluso el grado de maduración que tenga.
Conociéndose este aspecto, un mismo alimento puede pasar de provocar en el ser humano un efecto proinflamatorio a antiinflamatorio.
Otro aspecto a tener en cuenta es el estatus fisiológico de la persona que ingiere el alimento. Imagínese lo que puede hacer un plátano en un paciente con fructosuria o galactosemia (enfermedades de origen genético en las que se carece de la enzima metabolizadora de la fructosa o galactosa).
Conclusiones
La infodemia (acrónico actual del término información y pandemia) induce en parte el desconocimiento general de la población en relación a la alimentación. El futuro de los profesionales de la salud parece vascular a una comprensión detallada de la situación de cada paciente para mejorar el asesoramiento.
De esta forma, no solamente se mejorarán los consejos nutricionales sino también, los protocolos terapéuticos y las estrategias definidas para la consecución de los objetivos planteados.
#RecuperatuInstinto #NutricióndePrecisión
Bibliografía:
Olendzki, B.C., Silverstein, T.D., Persuitte, G.M. et al. An anti-inflammatory diet as treatment for inflammatory bowel disease: a case series report. Nutr J 13, 5 (2014). https://doi.org/10.1186/1475-2891-13-5
Adam, O., Beringer, C., Kless, T. et al. Anti-inflammatoryeffectsof a low arachidonic acid diet and fish oil in patients with rheumatoid arthritis. RheumatolInt 23, 27–36 (2003). https://doi.org/10.1007/s00296-002-0234-7
Wendy Marcason, RD, of the American Dietetic Association’s Knowledge Center Team, Chicago, IL.DOI: https://doi.org/10.1016/j.jada.2010.09.024