EL GUSANO DE «AZUFRE».
Se cree que el único ser vivo capaz de vivir en un entorno rico en azufre es «el gusano de azufre».
Este se encuentra en el lodo de manantiales y ríos de Norteamérica.
Sin embargo, a pesar de su nombre común, el «gusano de azufre» no consume azufre en su dieta.
La denominación «gusano de azufre» se refiere solamente a la creencia popular de que estos insectos tienen un olor similar al del azufre, pero no están relacionados químicamente con este elemento.
Históricamente; este mineral protagonista hoy, el azufre, ha sido valorado muy positivamente a nivel histórico por diferentes culturas.
Es un elemento químico que se encuentra de forma natural en las capas subterráneas de la Tierra y prácticamente ningún ser vivo necesita grandes cantidades de él para sobrevivir.
Pero…
- ¿Qué rol tiene el azufre en la salud humana?
- ¿Qué papel juega en la alimentación?
- ¿Se asocia con enfermedades?
- ¿Influye en el pH?
- ¿Qué aplicaciones clínicas tiene?
En este artículo vamos a resolver estas preguntas.
EL AZUFRE (S) EN LA SALUD
De forma natural, como se describía más arriba, el azufre (S a partir de ahora) se encuentra en capas subterráneas del planeta.
Sólo puede llegar a la superficie a través de expulsiones volcánicas convirtiéndose en un tóxico gas denominado dióxido de azufre (SO2).
Bueno, tampoco se puede olvidar la mano del hombre, que extrae minerales del subsuelo sin preguntarse las repercusiones en salud que eso puede tener.
Se conoce que este SO2 encontrado en la atmósfera es altamente dañino para toda clase de seres vivos, incluidos animales, insectos, plantas e incluso un gran volumen de microorganismos.
Sólo 0,2-0,3 mcg/cm3 son necesarios para suponer un riesgo potencial que en humanos puede desencadenar:
- Afecciones pulmonares
- Afecciones cardiovasculares
- Cáncer
Sin embargo, también es denominado un nutriente esencial para la salud del homo sapiens sapiens (hombre sabio, en teoría).
Aproximadamente entre 450 y 700 mcg/día es la cantidad mínima establecida de consumo de S para mantener la salud.
Además, en el organismo existen bacterias que tienen la capacidad de utilizar el S como «comida» para generar otros compuestos derivados como el sulfuro de hidrógeno (H2S).
AZUFRE DIETÉTICO
La principal entrada de azufre es a través de los alimentos.
En concreto, se puede obtener a través de 3 fuentes de alimentos diferentes
- Proteína animal procedente del huevo, la carne o el pescado, rica en aminoácidos azufrados como metionina o cisteína.
- Crucíferas como el brócoli o la col.
- Cebolla o ajo.
Este S procedente de los alimentos es utilizado por nuestras células, tejidos y órganos para:
- Procesos de detoxificación hepática a través de la génesis de glutatión (el antioxidante más potente del organismo) y sulfotransferasas (enzimas que capacitan la movilidad química del S de una molécula a otra).
- Producción de anticuerpos.
- Coagulación sanguínea a través de la formación de fibrinógeno (proteína que ayuda a la regulación de la coagulación de la sangre).
- Formación y secreción de proteínas.
- Regulación REDOX y pH fisiológico.
¿Cómo se puede conocer entonces si se deben incluir alimentos ricos en S o, sin embargo, si se deben evitar?
Con una buena valoración clínica.
Analizando parámetros como el pH urinario, parámetros inflamatorios, capacidad funcional hepática y valorando el rendimiento intestinal individual.
AZUFRE EN ENFERMEDADES INTESTINALES
Amplio cuerpo de evidencia sugiere que existen algunas enfermedades como la colitis ulcerosa donde el S puede ser un gran problema.
Se data que en pacientes con esta enfermedad el recuento de bacterias productoras de sulfatos y productoras de sulfuro de hidrógeno (H2S) es más alto que en sujetos asintomáticos.
De hecho, catalogan a este gas secretado por las bacterias (el H2S) como una toxina relevante que participa en la aparición y empeoramiento de la colitis ulcerosa.
En estos casos, existe una necesidad imperiosa de valorar los 3 mecanismos por los cuales puede haber un aumento de H2S a nivel intestinal:
- Exceso en la ingesta de aminoácidos azufrados (proteína animal) -> aumenta H2S
- Elevada conjugación de ácidos biliares con taurina -> aumenta H2S
- Gran degradación de la capa de moco que protege la pared intestinal (mucinas) -> aumenta H2S
En este contexto, a nivel microbiológico y celular existe una lucha donde el hidrógeno adquiere aún más relevancia para la salud intestinal.
Debe de existir un equilibrio entre bacterias que producen diferentes elementos positivos o negativos en la salud.
Si se desregulan también apoyarán a la aparición y desarrollo de algunas enfermedades intestinales.
¿Cuáles son?
- Acetógenos -> producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), altamente útiles y beneficiosos para las células intestinales.
- Metanógenos -> producen metano (CH4), gas tóxico en grandes cantidades que participa en la aparición de enfermedades intestinales.
- Reductores de S -> producen H2S, gas tóxico asociado a múltiples enfermedades intestinales.
De estos tres grupos, quien consiga adquirir más hidrógeno ganará la batalla y reinará en el intestino.
AZUFRE Y ASOCIACIÓN CON EL PH
Más arriba se comentó que algunos aminoácidos (componentes de las proteínas) tenían azufre.
Estos aminoácidos azufrados cuando son absorbidos y llegan a diferentes tejidos pueden tener la capacidad de producir una moléculas a las que se denominan: compuestos no metabolizables.
Estos compuestos no pueden ser usados por el organismo y deben eliminarse rápidamente.
Es por ello, en el caso del azufre, que se generan sustancias derivadas del ácido sulfúrico como los iones sulfato (SO42-).
Si la ingesta de aminoácidos azufrados es alta, el pH de la orina se acidificará como mecanismo de compensación para eliminar estos compuestos no metabolizables.
Por tanto, se debe tener extremo cuidado con recomendaciones dietéticas sin previa investigación al respecto en todo tipo de personas.
APLICACIONES DEL AZUFRE
En la actualidad se da una situación un tanto peliaguda.
El S forma parte de muchos productos de libre acceso.
Puede encontrarse en cremas para la piel con rol antibiótico, en suplementos diversos como el sulfato de condroitina (usado para la artrosis de rodilla), en antioxidantes como el glutatión, en fármacos como la N-Acetilcisteína (la aspirina de toda la vida) o antiepilépticos.
CONCLUSIONES
El azufre es una mineral con el que tener alta cautela.
Nunca de forma natural lo han necesitado los seres vivos para desarrollarse y ahora sigue siendo igual.
Sin embargo, existen muchas formas en las que una persona puede ingerir demasiado azufre y fomentar el crecimiento de bacterias que no son nada favorables para la salud general.
Por tanto, es importante que trabajes con profesionales de la salud actualizados, que sepan ajustar las pautas clínicas a tu situación personal y así generar decisiones con menos porcentaje de error.
BIBLIOGRAFÍA:
